No pasa semana sin que aparezcan nuevos escándalos relacionados con la forma en que se gestionan los servicios de traducción e interpretación en juzgados y cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. En esta ocasión, los acontecimientos acaecieron hace ya algún tiempo pero muchos medios obviaron parte de la información de la que ahora he tenido conocimiento: los implicados en un secuestro de un niño británico trabajaban como intérpretes -diré presuntamente pues mi única fuente es la prensa- para la principal empresa que proporciona servicios lingüísticos en el ámbito jurídico en España (mejor dejémoslo así). Cabría preguntarse si esto no es suficiente para que las Admones. se cuestionen todo el sistema. Imaginemos qué ocurre cuando tipejos como estos son los que acuden a "interpretar" para detenidos, transcriben escuchas telefónicas de importantes operaciones policiales, etc. Vaya, un peligro: el enemigo dentro de casa. Os copio la noticia a continuación:
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18/03/2010 | SECUESTRO DESARTICULADO.
Tres detenidos en Tarragona por el rapto de un niño en
Pakistán
El menor, de 5 años y nacionalidad británica, fue liberado tras el pago.
El secuestro de Sahil Saeed, un niño británico de cinco años, en Pakistán ha tenido un final feliz con la liberación del menor en ese país asiático y con la detención de tres personas en Tarragona, dos ciudadanos de origen paquistaní y una mujer rumana. Los arrestos fueron llevados a cabo en la población tarraconense de
Constantí por agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), que además recuperaron la mayor parte de los 121.000 euros que la familia pagó por el rescate.
Dos de los detenidos tenían antecedentes penales por asesinato a raíz de una pelea con navajas en la que participaron en Tortosa en el 2008. Los tres trabajaban como traductores de una importante empresa privada que proporciona intérpretes a las fuerzas de seguridad y los juzgados de Tarragona.
El viaje del pequeño Saeed y de su padre para visitar a la familia que reside en Shelum, una población de la región paquistaní del Punjab, se convirtió en una pesadilla. El 4 de marzo, justo cuando ya se despedían y un taxi esperaba a la puerta de la casa para emprender el regreso a Inglaterra, una banda armada con fusiles de asalto kalashnikovs y granadas retuvo de forma violenta a toda la familia y finalmente secuestró al niño.
INVESTIGACIÓN CONJUNTA
Poco después, la familia empezó a recibir llamadas telefónicas procedentes de Cataluña en las que se pedía un rescate de 110.000 libras esterlinas (unos 121.000 euros), a entregar primero en Manchester y finalmente en París. La investigación conjunta de las policías francesa, británica y española detectó la procedencia de
hasta 15 llamadas realizadas desde Salou, Constantí (ambas poblaciones de Tarragona), Barcelona y Lleida.
El paquistaní Mohamed Zaeb Salem y la rumana Mónica Nejunda, que son pareja, se dirigieron a París en un Peugeot verde para cobrar el rescate y se alojaron en una apartamento a la espera del pago.
Para reunir el dinero, los padres del niño, una familia humilde que vive en el Reino Unido, tuvieron que recurrir a un familiar con más poder adquisitivo. El pago del rescate también fue una tortura. Después de hacer ir a ese familiar de un lugar a otro de la capital francesa, la pareja de Constantí lo interceptó en plena calle parisina y se hizo con la mochila del dinero.
La policía francesa siguió al Peugeot verde hasta la frontera con España y a partir de allí la Policía Nacional se hizo cargo del seguimiento, que los llevó hasta una vivienda de Constantí. La detención de los implicados se llevó a cabo una vez que se tuvo conocimiento de que el pequeño Saeed había sido puesto en libertad y que ya
no corría peligro alguno.
GRAN DESPLIEGUE POLICIAL
La detención en Constantí se produjo entre un gran despliegue policial. La operación conjunta, que se saldó también con otros dos arrestos en París, continúa abierta, ya que los verdaderos autores materiales del secuestro del menor en Pakistán todavía no han sido detenidos.
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